PRIMERA SANGRE
- "¡Señor! ¡Señales en cuadrante 3, 5-47!¡Tres señales, señor!"
- "Esta bien, muchacho, cálmate. Todos hemos visto esas señales. Comunicaciones! Sensores en cuadrante 3, escaneo en profundidad."
- "Aquí comunicaciones, princeps, escaneo en progreso"
- "¡Armamento, chequeo!"
- "Aquí gatling, todo correcto, munición al 100%"
- "Aquí Lanzamisiles, todo verde princeps."
- "Sierra, iniciando calentamiento del motor"
- "Destructor de plasma, Iniciando recarga, señor, 10 segundos"
Milius, moderati cadete de ultimo año especialista en táctica (en practicas), se revolvió incomodo en su silla. Como casi siempre en los últimos días, tenia la impresión de que cada vez que descubría algo, el resto de la tripulación lo había visto ya 10 minutos antes; y no había forma de que cada frase que salía de su boca no pareciese el gritito asustado de un crío... por centésima vez se preguntó como lo harían los demás miembros de la tripulación para mantener ese tono de seguridad y control.
Hacia tres días, durante una de las primeras refriegas de esta misión, el reactor había sufrido una sobrecarga (el viejo titán se estaba volviendo gruñón con el paso de los años, decía el moderati Vort), y el lacónico mensaje desde ingeniería había sido: "Reactor al 97%, sobrecarga". Ni histerias, ni nerviosismo ni nada de nada... era increíble.
- "Comunicaciones, escaneo completo, señor; tres señales verdes en 3, 35, 40 y 42, vector 4, velocidad 200. Señal IFF correcta en todos los casos. Son la patrulla de reconocimiento de marauders, señor."
- "Bien, Teneri, mantén abierto un canal con ellos. Si descubren algo quiero saberlo".
- "Comunicaciones, recibido, princeps".
En fin, pensó de nuevo, es normal. Ellos llevan aquí más tiempo del que yo he vivido. Su unión con el titán es el fruto de muchos años de experiencia. Y un veterano no se asusta por unos cuantos clicks en el señalizador. Y yo seré así algún día... si les demuestro que soy merecedor de tal honor. Que lo seré, el dios maquina es testigo.
- "Comunicaciones, princeps, señal de alarma del escuadrón de reconocimiento, una de sus señales ha desaparecido, han cambiado dirección a vector 2, velocidad a 300"
- "Bien, Teneri, mantén los sensores enfocados en sectores 3, 4 y 5. Milius, plan táctico sectores 4 y 5. Armamento, comprobación final y alerta."
- "Gatling, OK."
- "Sierra, OK."
- "Lanzamisiles, tubo 1 armado y listo."
- "Plasma, OK."
Bueno, ya se ha armado, pensó Milius, vamos allá. Con fluidos movimientos, fruto de haberlos practicado una y otra vez en los simuladores, el cadete realizó las comprobaciones estándar de los sectores indicados, pero la pantalla permaneció en blanco.
- "Táctica, princeps, eh... escaneo negativo, informe táctico negativo. So... eh... solicito escaneo complementario."
- "Proceda, Milius."
Bien, allá vamos de nuevo, a ver por que no sale nada ahí... Las cifras comenzaron a desfilar en las pantallas, montones de ellas, pero no había nada que le hubiesen enseñado como señal de un elemento hostil. De repente la pantalla de rastreo de calor se apagó con un zumbido.
- "¡Princeps, la pantalla IR ha fallado! ¡Quizás nos estén atacando!"
- "Calma, Milius, calma. Nadie ha empezado a atacarnos. Deberías tener un poco de consideración por este viejo titán. Aplica la letanía de la recuperación en esa pantalla."
- "Ehh... si. Estoo, si, princeps." Con nerviosismo, Milius sacó de entre los bolsillos de su túnica un frasquito de aceites bendecidos, que aplico con esmero y rapidez en la pantalla. Tras esto, una apresurada letanía al dios maquina y el golpe ritual en el lateral. Como por ensalmo, la pantalla volvió a la vida.
- "¡Funcionó, princeps, IR operativo!"
- "Claro que si, muchacho, claro que si, deberías tener un poco más de fe en el dios maquina..."
- "Si, princeps." "Bueno, primera bronca", pensó Milius, "al menos no he causado con mi ineptitud ningún problema al titán". El joven no podía verlo, pero tras la aparente severidad de sus palabras, el princeps Natorr sonreía.
"Como me recuerda a cada uno de nosotros en sus días de práctica", pensaba. "Si sobrevive a esta etapa logrará ser como nosotros... quizás".
- "Princeps, Comunicaciones, los marauder transmiten: fuerzas orkas en camino, sector 4 vector 3. Velocidad indeterminada. Operativos aéreos y terrestres, al menos 3 aéreos y 5 terrestres... no son muy precisos."
- "No creo que hayan podido pararse a mirar a los orkos de cerca, Teneri, esos marauders no son precisamente naves muy sólidas. Necesitamos saber si tienen titanes o si solo llevan consigo elementos acorazados. Llama al puesto de mando de la guardia y pide un reconocimiento del sector 4 desde el 6, a ver que dicen."
- "Comunicaciones, en proceso."
"Vaya, Natorr debe sospechar algo si pide una confirmación de titanes enemigos... esto se pone emocionante" pensó Milius.
- "¡Comunicaciones, princeps, un pelotón de exploradores del regimiento ha confirmado tres titanes enemigos, señor, y el equivalente a un regimiento acorazado con soporte aereo!"
Lo primero que detectó Milius fue la urgencia del mensaje; en todo el tiempo que había pasado en el titán nunca había sentido esa preocupación en uno de los moderati, y el princeps mismo permanecía callado, meditando las noticias. ¡Tres titanes! Y con apoyo, la pesadilla de cualquier comandante enemigo, sobre todo por que las fuerzas imperiales solo contaban con el "Gloria de la humanidad" y un titán Warhound de exploración, aparte de medio regimiento de tanques y uno de infantería, junto a un escuadrón de aviones marauder (bueno, medio escuadrón ahora). La cosa pasaba de emocionante a preocupante por momentos.
- "Táctica, valoración de estrategias."
- ...
- "¡Táctica, valoración!"
- "¡Ah! Si señor, eh... valoración negativa, se sugiere retirada progresiva hacia sector 2, señor."
- "Ya."
- "Severius, princeps, veo algo tras esa colina, parece grande y esta casi oculto por los arboles"
- "Márques, recarga del plasma al 100%, avisa cuando esté listo"
- "Plasma, recibido, en proceso"
Milius miró nervioso a su alrededor mientras el reactor del titán lo llenaba de zumbidos al tratar de rellenar de energía el monstruoso destructor de plasma, un arma que sobrecargada superaba en poder destructor cualquier otro elemento del arsenal imperial, exceptuando quizas los arcanos misiles vortex.
- "Reactor, danos potencia, Talan, vamos a acercarnos a esa colina a ver que vemos"
- "Aquí Talan, reactor al 100%, princeps, aumentaremos velocidad en cuanto el destructor de plasma esté al completo"
- "Comunicaciones, dile al Warhound que se acerque al enemigo del sector 4 desde el 6, que les entretenga pero que no deje de moverse"
- "Comunicaciones, princeps, procediendo"
"Allá vamos" pensó, "que tiemblen los enemigos del emperador".
- "Comunicaciones, el Warhound inicia el ataque" Como respuesta al mensaje del moderati, se oyeron una serie de explosiones cercanas por la parte de atrás de la colina.
- "Es el momento, señores, vamos allá. ¡Adelante!"
Con un rugido de maquinaria, el titán comenzó su avance hacia la colina, aumentando secuencialmente su velocidad según el reactor contaba con más energía al cargarse completamente el cañón de plasma. Milius sintió de nuevo esa sensación de poder y majestuosidad que le embargaba cada vez que un titán cargaba al combate, aplastando los árboles más gruesos como si fueran ramitas.
Al llegar a la colina la velocidad descendió y la maquina se agachó perceptiblemente. El princeps no quería que les viesen demasiado pronto. Unos pasos más y llegaron a la cima de la colina. Debajo de ellos se les ofreció un paisaje estremecedor: miles de pequeñas figuras humanoides sembraban el valle a sus pies, salpicados por un gran numero de vehículos de gran tamaño que corrían de un lado a otro como locos, huyendo de las explosiones que segundos antes habían salpicado el terreno, procedentes del titán Warhound que todavía se adivinaba en la distancia, escapando a toda velocidad del campo de batalla.
"Esos cacharros corren realmente rápido. La pena es que caen también rápidamente." Pensó Milius. Y elevándose por encima de todo, el cadete vio con pavor las figuras de tres gargants orkas, los titanes de esta salvaje raza de asesinos. Dos eran pequeñas, quizás el equivalente a un Warhound, pero la tercera parecía aún más grande que el "Gloria de la humanidad".
- "Atención, señores, hemos de actuar rápido, en cuanto nos vean se nos van a echar encima. Márques, la gargant grande es tuya, apunta bien y dale a plena potencia. Severius, en cuanto nos recuperemos del disparo del plasma, busca una concentración de vehículos y satura la zona con misiles. Después tu y Vort giraros y cubridnos mientras corremos colina abajo. ¿Todo claro?, Pues allá vamos, Márques, tu turno."
- "OK, princeps, vamos allá. Que esos pieles verdes sientan la furia del emperador."
Con un chirrido el gigantesco destructor de plasma giró para apuntar a la inmensa mole que era su blanco. Milius pudo imaginar al moderati en su puesto de mando, los ojos cerrados y el cañón formando parte de su mismo ser, apuntando con su furia al enemigo del emperador. Con un vistazo a la pantalla panorámica vio a parte de las fuerzas orkas que se volvían hacia su posición e iniciaban una furiosa carga, pero ya era demasiado tarde: un rugido atronador y una sacudida que le clavó en su asiento precedieron a la estela de plasma incandescente que salió del destructor en línea recta hacia su objetivo; tal era la magnitud de la energía empleada que durante unos segundos todos los componentes eléctricos del titán parpadearon, boqueando en busca de energía, antes de restablecerse de nuevo para mostrar que el disparo había hecho blanco en su objetivo, que estaba envuelto en humo.
- "Plasma, blanco confirmado, le hemos dado... pero... ¡princeps, está todavía operativo, por el emperador, esta girando hacia nosotros!" Así era, a pesar de tener un agujero del tamaño de una casa en su zona media, (por el que se adivinaban pequeñas figuras verdes cayendo envueltas en llamas) el monstruo de metal estaba girando entre humo y explosiones para enfrentarse a su agresor, al igual que todo el resto del ejercito enemigo.
- "Hora de largarse, señores, procedan con las instrucciones dadas."
Alzándose, el titán giro para dirigirse colina abajo a toda velocidad, guiado por las manos expertas de su princeps, cuyo rostro reflejaba la concentración absoluta que se requería para guiar una maquina de ese tamaño en una loca carrera colina abajo.
Mientras giraban, una sucesión de siseos anunció el disparo del lanzamisiles múltiple, que el moderati Severius había dirigido hacia la cabecera de la línea de tanques que comenzaban su persecución, y que se vieron dispersados en el acto, mientras que uno especialmente grande, una monstruosidad de tanque erizado de cañones que había pasado sin inmutarse por entre las explosiones de los misiles, saltaba hecho pedazos por la acción del cañón megabolter al mando del moderati Vort.
Dos, tres, cuatro segundos y el titán seguía su loca carrera hacia la seguridad de las líneas imperiales, mientras por detrás la colina era un hervidero de tropas orkas que se desparramaban como una marea verde tras ellos.
- "¡Princeps, Gatling, gargant cortándonos el paso por la derecha, abro fuego!"
El grito del moderati se fundió en milésimas de segundo con el crepitar atronador del megabolter, que comenzó a escupir toneladas de munición contra la masa metálica que se les echaba encima. Según parece algún comandante orko suele salir más inteligente de lo normal, y aquel en particular había lanzado su gargant por el lateral de la colina para cortarle el paso al titán justo en el peor de los momentos.
Mientras se bamboleaba en su asiento Milius constató la enorme puntería del moderati Vort, que a pesar de estar disparando en lateral y con el titán inmerso en su loca carrera estaba logrando colocar casi toda su munición sobre el gargant. Pero como si nada. "¿Es que no hay forma de parar esas cosas?" pensó Milius; con todo el blindaje exterior hecho añicos, cubierto de agujeros por todas partes, y aun así continuaba avanzando.
Entonces el enemigo comenzó a disparar y el titán se vio envuelto en una espesa nube de polvo y escombros mientras Milius salía despedido contra la pared más cercana. Durante unos instantes lo vio todo negro...
"Ya está, me han matado.", "No, me duele demasiado la cabeza como para estar muerto". Nadie había muerto en el titán, que continuaba su retirada sin haber sufrido un solo rasguño. Un tanto por la pésima puntería de los orkos.
- "Señores, no tendremos tanta suerte si ese monstruo dispara por segunda vez, démosle con todo lo que tengamos: FUEGO!"
El titán casi saltó por los aires por el retroceso combinado de todas sus armas a la vez, pero esta vez el emperador no favoreció a sus hijos, por que una tras otra, las andanadas no tuvieron efecto: mientras el megabolter continuaba martilleando inútilmente el objetivo, el lanzamisiles y el plasma a baja potencia fallaron por varios metros su blanco. Y la maquina orka disparó de nuevo. Dos andanadas levantaron la tierra frente al "Gloria de la humanidad" mientras una tercera le impactó directamente en mitad del torso. El titán, con un rugido de frustración de sus engranajes, se vino al suelo. Milius se encontró de nuevo empotrado en la pared, mientras en el exterior distinguía perfectamente el tableteo del gatling. "Vort sigue disparando, es increíble", pensó.
Y así era, mientras Notorr trataba de levantar la maquina, Vort continuaba martilleando al enemigo, mientras los tanques orkos se apresuraban a alcanzar al titán caído. Severius no daba señales de vida. Girando sobre sí mismo el princeps consiguió enderezar el titán, que logró hincar una rodilla en tierra.
- "Nos han pillado, señores, vamos a tratar de tumbar esa gargant, así que es tuya, Matsene. Teneri, pide ayuda. ¡Por el emperador!¡CARGUEN!"
Mientras el blindaje se hacia pedazos por todas partes, el titán saltó para abalanzarse sobre su enemigo. La gigantesca sierra mecánica que era su principal arma de combate cuerpo a cuerpo trazó un amplio giro paralelo al suelo que acabó con un fortísimo impacto en la cabeza del gargant enemigo. Ambos, cabeza y brazo salieron en direcciones distintas, la primera seccionada limpiamente y el segundo quebrado a la altura del codo por el impacto.
La gargant estaba acabada (aunque seguro que seguiría moviéndose sin cabeza un buen rato) y el impulso que llevaba el titán le llevó más allá del enemigo caído, y el princeps no iba a desaprovechar la oportunidad, manteniendo la velocidad para tratar de escapar de allí.
- "Aquí princeps, informe de situación."
- "Gatling, OK, pero me queda munición para cuatro segundos más, así que no cuente conmigo, señor."
- "Talan, todo bien, el reactor parece en buen estado."
- "Plasma, recargando, pero a esta velocidad va a tardar un rato."
- "Tenerius, esto no funciona; mandé el mensaje de ayuda pero no he recibido respuesta. Intentando la reparación."
- "Ehh... Milius, cadete Milius, princeps, todo bien."
- ...
- "Parece que sierra y lanzamisiles están fuera de combate, los moderati Severius y Matsene deben haber sufrido una retrodescarga. Milius, trata de llegar hasta ellos e informa de su estado."
- "A la orden, princeps, procediendo." "Vaya, por el emperador, ahora de chico de los recados... en fin, vamos allá." Con estos pensamientos, Milius trepó con dificultad por el acceso al puente de mando, y desde allí gateó por los estrechos conductos que permitían el acceso al resto de puestos del titán. En unos segundos estaba totalmente magullado y lleno de rozaduras, debido a las violentas sacudidas que agitaban la maquina, al estar todavía corriendo para alejarse de los orkos. "Al menos no se sienten impactos", pensó con optimismo el cadete. Un par de vueltas más y llegó al habitáculo de ingeniería, donde el moderati Talan se afanaba en tratar de darle mayor potencia a las piernas.
- "Vaya, el chaval, date prisa en llegar a los brazos, los compañeros pueden estar en problemas"
- "Enseguida, moderati" Los habitáculos dedicados al control del armamento de los brazos se disponían contiguos al central, por lo que en apenas unos segundos Milius se encontraba junto al moderati Matsene, que yacía inmóvil en su asiento, rodeado de pantallas fundidas y cables chamuscados, con varios hilillos de sangre cayendo desde su nariz y oídos. Abriendo el botiquín, procedió a aplicarle una inyección de sedante y untó su frente con un poco de aceite curativo bendecido. "Ya no puedo hacer nada más por ti, moderati, espero que tengas suerte". Apresuradamente salió de aquel lugar para dirigirse de nuevo hacia arriba, hacia el puesto de dirección del lanzamisiles.
- "Cadete Milius, princeps, Matsene fuera de combate, me dirijo hacia Severius."
- "Recibido, continua." Un par de raspones y tres golpes más, y se encontraba junto al moderati Severius, que yacía también inconsciente en su asiento. Una tubería se había desprendido, posiblemente debido al impacto sufrido en la espalda del titán, y le había golpeado en la nuca, aunque no se veían más heridas que un gran hematoma. Milius sacó del botiquín una hipodérmica con un estimulante, y se la aplicó enseguida al moderati. "Arriba, moderati, el emperador te necesita".
- "Va..vale chaval, ya estoy despierto, deja de clavarme esa aguja, por favor".
- "Gracias al emperador, estáis bien, moderati. La situación esta bastante mal."
- "No debe estar tan mal cuando seguimos vivos, así que vuélvete a tu puesto y vamos a solucionar esto."
"Bueno, misión cumplida, he terminado todos los recados..."
- "Severius, princeps, estoy aquí de nuevo y el lanzamisiles esta en orden, aunque no queda mucha munición."
- "Magnifico, Severius, la cosa esta complicada, nos pisan los talones dos gargants y una tercera medio tocada, y estamos rodeados de vehículos rápidos. Mira a ver si puedes despejar un poco el terreno a nuestro alrededor."
- "Lanzamisiles, en proceso."
Mientras Milius descendía hasta la cabina de mando se escucharon varias explosiones a los pies mismo del titán, y al llegar a su puesto vio como la maquina abandonaba una inmensa nube de polvo y tierra que había dejado una buena porción de terreno alrededor del titán despejada de enemigos.
Entonces un nuevo enemigo hizo acto de presencia, cuando media docena de pequeños aparatos voladores rodearon al titán y comenzaron a martillearle con sus bombas.
- "Bombarderos orkos rodeándonos. Voy a conectar los turbo láseres del caparazón. Vort, a ver si puedes derribar tú algunos de ellos."
- "Recibido, princeps."
Milius observó como los dos turboláseres comenzaban a descargar andanadas de energía sobre los atacantes, que debido a su pequeño tamaño y gran velocidad eran blancos enormemente difíciles. A pesar de esto, en unos segundos dos de las maquinas voladoras caían al suelo envueltas en llamas. Inmediatamente el resto centraron sus ataques en los láseres defensivos, acallándolos en unos segundos. Pero aún caería una tercera nave, derribada por el moderati Vort, mediante el expeditivo método de golpearla con el cuerpo del cañón al pasar.
- "¡YIHAAA!"
Los tres restantes continuaron sus ataques, pero uno de ellos, enfurecido quizás por la muerte de tres de sus compañeros, se decidió por un método más directo de ataque: alejándose para coger ángulo, se lanzó directamente contra la cabeza del titán.
- "¡NAVE EN TRAYECTORIA DE COLISIÓN, AGARRAOS FUERTE!"
- ¡KABOOM! La explosión hundió a Milius contra su asiento, mientras, a cámara lenta, veía como la cabina de mando quedaba hecha migas por la fuerza del impacto, hasta que un trozo de plancha metálica le golpeo en la frente y todo se apagó.
Oscuridad.
- "Parece que vuelve en sí, princeps."
- "Ya lo veo, doctor, el chico tiene una cabeza dura."
- "Dura y abollada, princeps, tendrá un buen chichón durante varios días."
"Así que estoy vivo", fue lo primero que pensó. Esos despreciables orkos no han podido conmigo.
- "¿Cómo está el titán, señor?"
- "Todavía aguanta, muchacho, todavía aguanta. Aunque vamos a tener que hacerle unas cuantas reparaciones."
- "¿Y la tripulación?"
- "Todos vivos, aunque Matsene está peor que tú y tendrá que guardar cama por lo menos quince días más."
- "¿Y la operación?"
- "Estas preguntón, ¿eh?... la operación completada con éxito: conseguimos llegar hasta el final del valle y nuestras tropas pararon en seco a esos pieles verdes y sus endemoniados tanques. Al tratar de perseguirnos se habían alejado demasiado de sus gargants y pudimos machacarles con la infantería bien posicionada. Después fuimos a por el resto, pero dieron media vuelta y se largaron sin presentar batalla. Los marauders los siguieron de lejos hasta más allá de la cordillera."
- "Entonces es una victoria"
- "Si, lo es... y como toda victoria trae consigo recompensas: el viejo "Gloria de la humanidad ha recibido una mención imperial del gobernador Traksen, y cierto cadete cabezadura ha sido asignado al titán de forma permanente como ayudante de mando. Felicidades, moderati Milius."